¿Puede la Oración Influenciar el Dolor?
Por: Kathy Longley
Traducido por: Asociación Nacional de Fibromalgia y Dolor Crónico
La Oración ha sido usada como recurso para el sanación física y emocional por millones de años. En nuestra sociedad moderna, miles de ciudadanos americanos todavía usan la oración y otro tipo de actividades religiosas para influenciar su salud. Un estudio publicado en Mayo del 2004 por el Centro Nacional de Estadísticas de Salud que envolvió 31,000 adultos reveló que la oración era una de las alternativas mas usadas y terapia complementaria en los Estados Unidos1. Un 45% de los americanos emplean la oración por razones de salud: 43% oran por su propia salud; casi un 25% han tenido a otras personas rezando por ellos; y un 10% han participado en oración de grupo para su salud.
¿Pero es la oración útil? La Escuela Médica de Harvard en Boston también condujo una encuesta nacional en 1998 y encontró que un 35% de los participantes usaron la oración por cuestiones de salud 2. Un 22% de estas personas oraron por condiciones médicas específicas de las cuales un 69% encontró el uso de la oración útil. Ellos concluyeron que aunque los participantes no discutieron el uso de la oración con sus médicos, ellos reportaron “altos niveles de utilidad percibida”. Yo pienso que las palabras “utilidad percibida” demuestra que tan difícil es determinar una medida, sin tener en cuenta, el poder de la oración, esto es una cuestión personal la cual finalmente depende de la fe que la persona posea. Sin embargo un reporte publicado este año en Croacia reveló que, “una gran proporción de datos empíricos publicados sugiere que la devoción religiosa muestra una asociación positiva con mejores resultados en la salud mental y física. Hay relativamente pocos estudios que muestren la ausencia de efectos o efectos negativos de la religión de los resultados de salud.” 3
Personalmente, como cristiana encuentro la oración invaluable. Sin embargo, el orar por razones de salud puede ser tomado, y en mi experiencia personal como una montaña rusa emocional. Cuando inicialmente desarrollé la Fibromalgia a la edad de los 19 años, yo era una cristiana devota que atendía la iglesia metodista local. Cuando me di cuenta que había desarrollado una enfermedad que la profesión médica no podía curar yo me acerqué a Dios para mi sanación y esperaba que El me curara completamente. Me confundió considerablemente cuando nada parecía ocurrir y mi condición simplemente se empeoraba. Como adolescente, esta situación comenzó a hacerse intolerable y rápidamente me encontré dándole mi espalda a Dios con rabia y frustración. Con el tiempo, me fui adaptando a mi situación y comencé a explorar nuevamente mi fe. Me encontré leyendo muchos libros de oración y sanamiento tratando de encontrar las respuestas del por qué Dios había curado algunas personas pero no a otras y por qué en mi situación me sentía tan lejana de Dios.
Afortunadamente, un estudio publicado, este año, en el Diario del Dolor por la Universidad del Cuidado de la Salud, de Iowa comentaba que, “Las creencias espirituales y religiosas de los pacientes con dolor parecen ser diferentes a los de la población general. Los pacientes con dolor sienten menos deseo de reducir el dolor en el mundo y se sienten mas abandonado por Dios.” Por lo tanto, yo no estaba obviamente sola luchando con mis creencias en ese momento. Sin embargo, he venido desde entonces experimentando y comprendiendo tantas cosas que desde mi punto de vista actual no estoy de acuerdo con los participantes en este estudio. Yo he experimentado la grandiosa alegría de la curación emocional donde a través de la oración, individual y grupal, he encontrado una liberación de mi rabia, resentimiento y amargura que se formó a través de los años durante el aprendizaje del enfrentamiento de la Fibromalgia. Yo encontré una profunda sensación de paz que vino a mi cuando aprendí a amar a Dios lo que El es, en vez de por lo que El puede hacer por mí. Yo pienso que el aprender a creer es una de las cosas mas difíciles de hacer, especialmente cuando nosotros no tenemos control sobre nuestra situación y para mí esto ha sido una montaña rusa emocional. He encontrado que aprender a confiar en Dios y creer que el finalmente me ayudará a encaminar mi vida me ha ayudado a recoger todos los pedazos de vida nuevamente, estrechar mi vida en oración y verla de una manera positiva. Yo creo que la gente que se encuentra en dolor puede tener un deseo enorme de reducir el dolor en el mundo y puede desarrollar una oración de vida que es profundamente llenadora, dejándoles una sensación de ánimo y amor por quien ellos son, a pesar de la situación, en vez de sentirse abandonados.
El estudio de la Universidad de Iowa indica de aquellos que han experimentado una mala salud están mas predispuestos a comprometerse en actividades religiosas y sugieren que posiblemente esto es una manera para enfrentar su condición 4. Yo sugeriría que esto es más que eso: ellos han descubierto algo mas allá de ellos mismos que puede darles una mayor capacidad para enfrentar su situación, pero también el deseo de acercarse a otras personas que se encuentran en dolor y ofrecerles su apoyo, amor y comprensión. La oración podría o no liberarlo de su dolor físico, pero puede traerle una gran alegría y paz interior e inspirarlo a volverse mas comprometido con su comunidad y ayudar a aliviar el dolor de otras personas.
Referencias Bibliografiítas: